El Discurso del rey

El discurso del rey llega a la gran pantalla con la historia de Jorge VI, padre de Isabel II, que con una primera escena introductoria muy explícita, nos muestra en primerísima persona el complejo y vértigo que puede generar el hecho de tener una deficiencia en el habla (tartamudez) y llevar una vida en la que hablar en público está a la orden del día.

Bertie (Colin Firth), no és el primero en la sucesión al trono, pero aún así tiene muchos compromisos protocolarios. Debido a su problema, su esposa, viendo que no ha encontrado todavía un remedio que pueda ayudarlo, decide contratar a un "lingüista" de clase baja, que le han recomendado.

Pese que en un primer momento, los métodos del mismo no causan efecto alguno en el propio Bertie, debido en gran parte a su testarudez, con el tiempo consigue crear una variopinta relación en la que además de conseguir una evolución en el protagonísta, une unos lazos muy importantes en su vida.

Desde el punto de vista crítico, la fotografía está muy lograda con un toque de la época de principios de siglo XX, y una escenografía genial. En los momentos de discurso, logra hacernos sentir parte de esa dificultad y consigue involucrar al espectador.

Guión muy confortable, que nos guía en una historia muy bonita de seguir, y un clímax final brillante. Los actores están geniales, solo hace falta ver que los tres principales están nominados a los Oscar. Podemos encontrar algún que otro momento cómico, sobretodo en las sesiones de terapia, que resultan de lo más entretenido.

Todo ello consigue crear una obra de alta calidad, y al gusto de todos los públicos, altamente recomendable.

Mi puntuación, un 8.5.