Ha llovido mucho ya desde ese 2006, que coronó a Brokeback Mountain como la gran triunfadora del año. Una película diferente, tocando temas transgresores y atrevidos desde un punto de vista elegante, sobretodo nada vulgar, ambientada en un paraje tan maravilloso como maravillosamente expuesto está en el film.
Nos encontramos en el año 1963, Wyoming, dos vaqueros buscando trabajo de verano en la famosa montaña "secreta", y comienzan a trabajar cuidando ovejas en el campo. Con la soledad, empiezan a sentirse bien juntos, y se consuma una relación prohibida para la época. Me paro aquí para comentar que en este primer tercio de película, tenemos una fotografía sublime, una banda sonora muy buena también, pero la química entre los dos personajes deja que desear, más que por los propios Jake Gyllenhaal y Heath Ledger, por el propio guión, que nos deja con falta de una conversación realmente profunda, o una conversación en la que podamos preveer cierto bienestar entre ellos. Creo que eso falla, para dar el plus necesario de sentimiento.
Siguiendo con la película, para mí los dos están geniales, tanto Jake en el papel de vividor sin tapujos como Heath en el papel de gay reprimido, ambos sin llegar a la exageración de papeles exagerables.
Termina el verano, y cada uno vuelve a su vida, el primero (Jake) volviendo a Texas para conocer a una guapísima Anne Hathaway y comprometerse, y el segundo para casarse con su prometida y seguir viviendo junto a sus hijas.
En cuanto a la evolución de la cinta en este punto, nos va mostrando con cortes temporales que duran incluso años, como evolucionan sus vidas, en las que un par de veces al año se van viendo, y aumentando esas ganas de dejarlo todo sin pensar para ir a la montaña a ver a la persona que le da realmente sentido a mi vida, y olvidar las farsas de sus vidas independientes.
Es en este punto en el que te das cuenta de que a pesar de que me sigue faltando ese punto de química inicial, agrada ver la felicidad y la evolución de una relación que nos muestran durante 20 años, y le terminan dando ese toque mítico a esa montaña en la que se enamoraron.
No puedo desvelar el final, pero esta muy bien cerrado, quizás no sorprende demasiado pero mantiene el listón del film. Te deja un buen sabor de boca, te mantiene atento y desde la tranquila lejanía que produce su paciencia para acontecer los hechos.
Para Tope Gama, un 7.7
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